El pasado fin de semana, en el ECOFIN informal en Berlín, los ministros de Finanzas de la UE discutieron los posibles nuevos recursos de la unión. Tras el acuerdo alcanzado sobre el Next Generation, se hace necesario encontrar nuevos recursos para financiar el plan de recuperación.
Tal como señaló Olaf Scholz, ministro de finanzas alemán, país que actualmente preside el Consejo de la UE, los Estados miembros son conscientes de que tendrán que tomar una decisión en recursos propios relativamente pronto. En este sentido, el próximo paso tendrá que venir de la Comisión Europea, con una propuesta legislativa concreta sobre los diferentes gravámenes.
Los ministros de finanzas tuvieron un primer debate sobre cuáles pueden ser estos recursos, basándose en el documento elaborado por el conocido think tank, Bruegel. Actualmente, aproximadamente dos tercios del presupuesto de la Unión Europea se financia con cargo los ingresos fiscales de los Estados y descansa, sobre todo, en aportaciones de los Estados miembros en función de su producto interior bruto.
Bruegel apuesta por crear un recurso propio basado en los derechos de emisión de CO2, que cumpliría con las necesidades recaudatorias y sería coherente con la política ambiental europea. El estudio realiza una estimación de los ingresos que se obtendrían por este concepto, y entiende que, en un escenario realista, los ingresos hasta 2050 se acercarían a los 789.000 millones de euros y podrían llegar incluso 1.500 millones de euros, dependiendo del alcance de los derechos de emisión que se subasten. Por lo tanto, los ingresos de los derechos de emisión serían en gran medida suficientes para financiar el Next Generation EU.
El informe señala que, si bien es probable que los ingresos disminuyan a medida que la UE avanza hacia la neutralidad de emisiones, se podrían generar ingresos hasta 2050 si la UE aumenta el precio del carbono, sustituye los derechos de emisión gratuitos por los subastados y amplía el alcance de las subastas a sectores no cubiertos, como el del transporte marítimo y la aviación.
El informe descarta otros recursos de los señalados el pasado mes de julio, considera que el mecanismo de ajuste en frontera de las emisiones de carbono (el ‘Carbon Border Tax’) está destinado a limitar las distorsiones a la competencia en lugar de a generar ingresos.
El impuesto digital, dada su relativamente baja potencia recaudatoria, estimada en 1.300 millones de euros al año, tampoco puede proporcionar una solución estructural al problema presupuestario y entiende que, la respuesta a la tributación digital debe de venir de la mano de un acuerdo en la OCDE.
El documento elaborado por el think tank, descarta el impuesto sobre transacciones financieras tanto porque no hay acuerdo dentro de la UE como porque considera que no se pueden hacer estimaciones de recaudación fiables, ya que el volumen de transacciones puede evolucionar significativamente en respuesta al impuesto.
Además, entiende que el impuesto sobre el plástico no reutilizable no es adecuado como recurso europeo, ya que su objetivo es reducir la basura plástica, que es principalmente un problema ambiental local.
La Comisión Europea también ha apuntado a la creación de un impuesto sobre las multinacionales que se benefician del mercado único (Single Market Tax), que el informe se considera como bastante incierto y se duda que pueda ser un recurso estable para la UE.
La presentación de Bruegel ha generado controversia en el ECOFIN. Polonia y otros países del Este no apoyan la propuesta, que sí ha sido respaldada por España, Francia o Italia. En el otro extremo, Bulgaria, la República Checa, Estonia, Luxemburgo, los Países Bajos y Suecia no se han mostrado partidarios de cambiar el sistema actual para financiar el presupuesto de la UE.
Parece claro que si se quiere que Europa sea capaz de reaccionar con la rapidez y flexibilidad que le piden los ciudadanos en situaciones críticas como la actual, se la debe dotar de mayor autonomía presupuestaria. En este sentido, el recurso a los derechos de emisión podría servir como un instrumento adecuado para financiar el Next Generation EU, mientras que algunos de los recursos que con frecuencia se mencionan como destinados a financiar los presupuestos, tanto en Europa como en España, no parece que tengan una capacidad recaudatoria ni cierta ni suficiente y podrían crear distorsiones.