Un buen comienzo de año para el mercado de capitales español

El mercado de capitales español está ahora en el punto de mira de los inversores, abiertos a apostar por un país con perspectivas económicas más estables y precios moderados frente a sus vecinos. Esto ha permitido que nuestro mercado alcance un alto nivel de liquidez, ampliándose de forma significativa el abanico de alternativas y de formas de desinversión de los inversores o accionistas en compañías españolas. Con una Bolsa más activa, se incrementa el atractivo de desinvertir a través de una OPV, lo cual es siempre compatible con la posibilidad de realizar una oferta pública de suscripción como mecanismo de financiación alternativa.

Al igual que ocurre en Nueva York, Londres o ciertas plazas de Asia, en España ya hemos presencian­do una modalidad de desinversión en sociedades denominada «dual track«, consistente en iniciar, para­lela y simultáneamente, un proceso de salida a Bolsa y de venta privada o subasta entre varios compradores de una participación accionaria) en una compañía. El objetivo de este mecanismo es maximizar el pre­cio de salida del vendedor, creando cierta tensión competitiva entre los eventuales inversores y entidades colocadoras en los mercados de capitales, por un lado, y los poten­ciales compradores en el proceso de venta o subasta privada, por el otro. En España merecen especial atención los «dual track» llevados a cabo en 2014 por los accionistas de ONO y Applus+.

Reformas requlatorias

Este apetito de la comunidad inversora por el mercado español es fruto no sólo de una sustancial mejora de nuestras variables ma­croeconómicas, sino también de las últimas reformas acometidas en nuestro sistema regulatorio con vistas a proporcionar más seguri­dad y transparencia a los inversores. La reciente reforma de nuestro sistema de gobierno corporativo (tan­to de nuestras normas imperativas contenidas en la Ley de Sociedades de Capital como del conocido «soft law» o recomendaciones de buen gobierno) es un buen ejemplo de este avance. Las reformas introdu­cidas por la Ley 31/2014, de 3 de diciembre, en el título XIV de la Ley de Sociedades de Capital rela­tivo a las sociedades anónimas co­tizadas (arts. 495 a 591), así como la publicación en el mes de febrero de 2015 del nuevo código de buen gobierno de las sociedades cotiza­das, elaborado por la CNMV, han mejorado la valoración de nuestro marco normativo y del sistema de recomendaciones de buen gobier­no, lo que ha contribuido a aumen­tar la confianza de los inversores y a asegurar el buen funcionamiento de nuestros mercados financieros.

Junto a la tradicional Bolsa, otros mercados como el MAB también están acaparando la aten­ción de muchas empresas intere­sadas en acceder al mercado de capitales para crecer y acometer sus planes de negocios. A su vez, las Sociedades Anónimas Coti­zadas de Inversión en el Merca­do Inmobiliario (conocidas como SOCIMI) ven al MAB como un mercado natural para cumplir con su requisito de cotización y poder aplicar el régimen fiscal especial previsto para estas entidades.

Cotizar en el MAB que, por definición, no es un mercado orga­nizado oficial como la Bolsa, sino un sistema multilateral de negocia­ción, proporciona un menor coste regulatorio y un régimen más flexi­ble. Sus compañías no están vincu­ladas por las exigencias propias de los mercados oficiales como, por ejemplo, la aplicación de la norma­tiva de gobierno corporativo. No obstante, en los últimos procesos de incorporación al MAB llevados a cabo en 2015, como el de Lleida. net, las compañías emisoras han interpretado correctamente dicha flexibilidad y han asumido volun­tariamente algunas de exigencias y recomendaciones aplicables a las sociedades cotizadas en Bolsa, como la designación de consejeros independientes. Lo han asumido, no como un coste, sino como in­versión en términos de mejor po­sicionamiento del valor respecto a los inversores. Además, el MAB ha tomado cartas en el asunto y ha pu­blicado recientemente una «guía de buenas prácticas de las entidades emisoras en el MAB» con objeto de dar a conocer las recomenda­ciones de buen gobierno más des­tacables e invitar, voluntariamente, a las compañías del MAB a que las apliquen y obtengan, de este modo, una mejor valoración por la comu­nidad inversora.

Conclusiones

No hay duda de que nuestros mercados de capitales están en el foco de atención de la comunidad inversora, al ser ahora España un país con perspectivas económicas más estables, precios atractivos y un sistema regulatorio cada vez más valorado por los inversores. Gracias a todo ello, podemos ser optimistas de cara a este año así como para los siguientes en los que, con la reestructuración finan­ciera ya culminada, el protagonis­mo de las compañías que accedan al mercado de capitales recaerá en sectores tales como el inmobiliario, energético, industrial, telecomuni­caciones y bienes de consumo.

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